Elijo a Reina
El deporte de moda en España estos días no ha sido el fútbol sino otro más animado que inunda los lugares de reunión: el debate futbolístico. Todavía se da por supuesto que el juego de la selección española mejorará y no serán necesarios los sesudos análisis, así que el punto de mira está en la portería y su posible inquilino. Así que es el momento de sacar la cabeza y apostar, que para eso tenemos este invento del blog.
Iker Casillas lleva una temporada indeciso y sin la magia que le permite ser el mejor portero del mundo, cuando la tiene. Esas paradas imposibles, esas reacciones más rápidas que cualquier reflejo natural o esa velocidad de reacción han desaparecido en los últimos meses. La experiencia dice que esas acciones son vitales para la supervivencia en un torneo eliminatorio. Además, ha vuelto a recordar a ese Casillas de los inicios que ponía un nudo en la garganta a los aficionados del Bernabéu en los balones aéreos y esas dudas suelen contagiarse a los compañeros. No me convence a pesar de su evidente valor.
Por su parte, Víctor Valdés es el mejor portero de la temporada. Ha efectuado paradas decisivas en un equipo campeón de Liga y semifinalista en la 'Champions' y ha demostrado sobriedad y personalidad para ser un líder en el campo. Pero a sus habituales condiciones y su buen estado de forma confronto su falta de templanza y sus habituales momentos de siesta en los inicios de los grandes partidos, como en la final de la Liga de Campeones con el Manchester United o en el último de Liga ante el Valladolid. Para mí es el segundo en la lista.
En cuanto a Reina, llega al Mundial con todas los requisitos indispensables: está en buena forma, tiene el liderazgo necesario y la personalidad y veteranía como para aguantar la presión. Domina el uno contra uno tan bien como el resto cuando España necesite arriesgar con pocos defensas y, al igual que Valdés, puede ejercer como iniciador del juego ante un bloque cerrado en su propio campo. No debemos olvidar su capacidad para defender en las jugadas de estrategia y los balones aéreos (pulida a base de golpes en la Premier League) y su excelente visión de juego para montar contragolpes. En definitiva, si yo fuera Del Bosque optaría por el guardameta del Liverpool para satisfacer todas las necesidades del juego de la selección sin arriesgar a que el nerviosismo se propague entre los jugadores -que ya lo hará si no se resuelven los partidos 'in extremis' cuando llegue la competición-.