No le está gustando nada a Blatter y su gente lo que está sucediendo allende de sus fronteras. Sobre todo, lo que está sucediendo en Francia y Nigeria. Los franceses han hecho de su eliminación en el Mundial un asunto de estado. De hecho, Raymond Doménech tuvo que comparecer en el Parlamento francés para responder de lo que pasó en el Mundial. Para la FIFA eso podría considerarse una injerencia política en su asociación, algo que está penado con la expulsión. Este jueves les preguntaron y aunque, como siempre se salieron por la tangente, sí que dejaron una chinita de advertencia en el camino: "Estamos observando detenidamente y estamos alerta por lo que está sucediendo allí, pero no tenemos datos adicionales para decir nada más al respecto. Sólo que estamos atentos".

El caso de Nigeria es aún más extraño todavía. Han sido las propias autoridades deportivas las que han decidido sancionar a su equipo nacional con dos años de suspensión por su bajo rendimiento en el Mundial, que viene a ser algo así como ahora me pego una puñalada en la pierna por lo torpe que soy.

Tampoco la FIFA dijo nada concluyente al respecto, aunque volvió a tirar otra chinita: "Para nosotros no sería nada bueno expulsar a ningún país de nuestra asociación".

El que salió indemne de la reunión fue Cristiano Ronaldo. El portugués escupió a una cámara cuando iba mostrando su cabreo, y a la vez desolación, al término del partido con España. El Pibón escupió medio al suelo, medio a la cámara, para que no le pudieran acusar y si lo hacían decir que era un escupitajo al piso. El caso es que la cara de mala leche que llevaba le delataba claramente pero, evidentemente, la FIFA no se atrevió con él: "No ha habido ningún informe adicional al respecto y, si hubiera alguno les informaríamos. Así que por ahora no hay nada".