Mundial Sudáfrica 2010

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Shunsuke Nakamura

Shunsuke Nakamura

Edad:
32
Fecha de nacimiento:
24/06/1978
Estatura y peso:
1.78m 69 kg
Demarcación:
Medio
Club:
Yokohama F. Marinos
Número internacionalidades:
98
Velocidad 7/10
Regate 6/10
Remate 9/10
Visión de juego 6/10
Estadísticas en el mundial
Partidos jugados:
1
Partidos titular:
0
Partidos suplente:
1
Minutos:
29
Goles:
0
Goles penalti:
0
Asistencias:
0
Tarjetas amarillas:
0
Tarjetas rojas:
0
posición de Shunsuke Nakamura

el análisis

La zurda más mediática

Cuenta Xabier Azkargorta, entrenador trotamundos por excelencia del fútbol español, que cuando firmó por el Yokohama Marinos en enero de 1997 se llevó como jugadores a Julio Salinas y Jon Andoni Goikoetxea y dejó atada la incorporación de un tercero, Txiki Begiristain, para el mes de julio, cuando acababa su contrato con el Deportivo. Sin embargo, en esos seis meses descubrió a un joven japonés de 18 años del equipo juvenil que le recordó a Michael Laudrup, pero en versión zurda.

La estrella nipona busca un colofón de oro a una más que digna carrera. / Archivo La estrella nipona busca un colofón de oro a una más que digna carrera. / Archivo
por P. Ríos

No tuvo más remedio que llamar al actual secretario técnico del Barça para avisarle de que la plaza por la izquierda ya estaba cubierta. Txiki, que estaba a punto de cumplir 33 años, tuvo que irse a otro club nipón, el Urawa Red Diamonds. Seguramente no memorizó el nombre de aquel desconocido que había osado cerrar las puertas del Yokohama Marinos a un ex jugador del inolvidable Dream Team de Johan Cruyff. Pero con el tiempo ha vuelto a tener noticias suyas porque se ha ganado un prestigio internacional.

Se trata de Shunsuke Nakamura, ex de Reggina, Celtic de Glasgow y Espanyol, el gran talento de la selección japonesa en el Mundial de Sudáfrica, donde peleará por una plaza en octavos de final con Holanda, Camerún y Dinamarca.

Nacido el 24 de junio de 1978 en Yokohama, se apasionó con el fútbol desde niño, pero fue en edad adolescente cuando tuvo la certeza de que sería futbolista. La culpa, curiosamente, la tuvo el Barça de Johan Cruyff de principio de los 90, cuando Koeman, Laudrup, Stoichkov y Romario sedujeron al mundo entero. "Crecí viendo las imágenes del Dream Team", ha reconocido Nakamura en alguna ocasión, confesando que llegó a visitar el Camp Nou como un turista japonés más, cámara fotográfica en mano. Goikoetxea y Salinas, que coincidieron con él en aquel 1997, recuerdan que "siempre nos preguntaba por el Barça".

Formado en el Toko Gakuen, una escuela en la que compaginó estudios y fútbol al estilo de las de la serie de dibujos animados 'Oliver y Benji', Nakamura destacó pronto por tener una zurda prodigiosa. "Una de las mejores que he visto", afirma Goikoetxea. Por esa elegancia en el golpeo llegó al Yokohama Marinos, donde progresó sus características técnicas y ofensivas durante cinco años hasta ser nombrado mejor jugador de la competición en 2000. Tocaba dar el salto a Europa.

Ya convertido en un excelente enganche entre el centro del campo y la delantera, aunque también se adapta bien a las bandas, y en un extraordinario lanzador de faltas, Nakamura estuvo a punto de fichar por el Madrid en 2002. El problema es que el club blanco quería que jugara en el filial y la ley no lo permitía a no ser que ascendiera a Segunda. La operación, que iba a rondar los tres millones de euros, se truncó y 'el fino', como se le conoce en su país, cambió de destino para fichar por la Reggina italiana. Allí militó durante tres temporadas dejando destellos de su clase, pero sin llegar a deslumbrar. Con su selección sí brilló más, sobre todo en la Copa Confederaciones de 2003, donde fue elegido Bota de Bronce. Le vino bien para olvidarse de su ausencia en el Mundial 2002, que se disputaba en su casa.

Su talento fue más valorado lejos del ultradefensivo calcio. En el Celtic de Glasgow se convirtió en un ídolo entre 2005 y 2009, conquistando tres Ligas y una Copa de la Liga. Incluso en 2007 fue nombrado Mejor jugador del año en Escocia. Jugó con Japón el Mundial 2006. Para entonces ya era seguido por una decena de periodistas japoneses a diario. Se había convertido en un icono publicitario y en una fuente de ingresos atípicos.

Por eso le fichó el Espanyol para la presente temporada, pero Nakamura nunca se adaptó a la Liga, apenas jugó y emigró a media campaña (junto a los medios de comunicación que acompañan sus pasos) al Yokohama Marinos con la intención de no perder el tren del Mundial 2010. A punto de cumplir 32 años, ha vuelto al punto de partida, donde comenzó a pulir una zurda de seda que exhibirá en Sudáfrica.

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