Mundial Sudáfrica 2010

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Nemanja Vidic

Nemanja Vidic

Edad:
28
Fecha de nacimiento:
21/10/1981
Estatura y peso:
1.88m 83 kg
Demarcación:
Defensa
Club:
Manchester United
Número internacionalidades:
48
Velocidad 6/10
Regate 3/10
Remate 7/10
Visión de juego 6/10
Estadísticas en el mundial
Partidos jugados:
3
Partidos titular:
3
Partidos suplente:
0
Minutos:
283
Goles:
0
Goles penalti:
0
Asistencias:
0
Tarjetas amarillas:
1
Tarjetas rojas:
0
posición de Nemanja Vidic

el análisis

Una grieta en el muro

El central del Manchester United se ha convertido en el referente por su juego contundente, por su carácter y, sobre todo, por una biografía que lo acerca al pueblo serbio, que le tiene devoción

Vidic manda en la defensa del Manchester y en la de Serbia. / Archivo Vidic manda en la defensa del Manchester y en la de Serbia. / Archivo
por A. G. Encinas

Cuando Javier Clemente llegó al banquillo de Serbia se encontró con una selección joven e inexperta en trances internacionales, pero dotada de un factor extra, su orgullo patriótico. Por primera vez Serbia competía como nación independiente. Apenas hacía dos meses que un referéndum había acabado por disolver a la Serbia y Montenegro que participó en el Mundial del 2006. En ese torneo, Nemanja Vidic fue un simple espectador muy a su pesar. Una roja en el último partido de la fase de clasificación y una inoportuna lesión le privaron de jugar un solo partido en el grupo de la muerte. Holanda (1-0), Argentina (6-0) y Costa de Marfil (3-2) se llevaron por delante al veterano combinado balcánico.

Hoy, Vidic representa a la nueva Serbia. El central del Manchester United se ha convertido en el referente por su juego contundente, por su carácter y, sobre todo, por una biografía que lo aleja de los arquetipos rutilantes del United -estilo Beckham, Cristiano o Rooney- y lo acerca al pueblo serbio, que le tiene devoción. Nacido en la pequeña localidad de Ucize, en las montañas, y en una familia humilde, "es un jugador con mucha personalidad y mucho carisma", confirma Javier Clemente, que ve en él "a un Cannavaro, pero mucho más fuerte. Con mucho carácter, muy generoso en el campo, muy fuerte físicamente y con un poderío en el juego aéreo increíble", añade.

Nemanja Vidic alberga en su biografía, además, esos momentos duros que todo ídolo debe superar para auparse al pedestal. El primero, cuando a punto de debutar en el Estrella Roja vio cómo su amigo del alma Vlada (Vladimir Dimitrijevic) se desplomaba muerto sobre el césped en un entrenamiento. Apenas llevaba cinco meses en el primer equipo. Vidic estuvo a punto de dejar el fútbol, pero le convencieron para seguir y lideró al Estrella Roja que logró el doblete (Liga y Copa) en el año 2004.

De allí dio el salto al Spartak de Moscú, y allí le encontró Alex Ferguson, que se lo llevó al Manchester tras pagar nueve millones de euros. "Es rápido, agresivo y va a ser un gran refuerzo", profetizó el sir. Poco después, Ferguson se jactaba en el diario 'The Guardian' de haber encontrado lo que buscaba. "Tengo que decirle continuamente en los entrenamientos que tenga cuidado con el 'tackling', y él responde 'lo siento, jefe'. Pero no lo siente. Le encanta defender".

La grieta en el muro serbio tiene nombre español: Fernando Torres. En marzo del 2009, en un Manchester-Liverpool que los de Ferguson dominaban 1-0, un balón lanzado desde la defensa 'red' botó delante de Vidic, que lo dejó pasar confiado. Torres, atento a la jugada, esprintó para birlarle la cartera, encarar a Van der Sar y lograr el empate. El choque acabó con 1-4 para los de Benítez. Después de aquella tarde, Vidic vio tres tarjetas rojas en los tres siguientes choques que el Manchester jugó ante el Liverpool. Por fin, hace apenas unos días, se quitó la espina. Torres marcó en el minuto 5 tras un error de Neville y Ferdinand. Vidic aguantó el tipo, secó al ariete español el resto del encuentro y el Manchester remontó (2-1).

Su próximo reto es el Mundial. "Tenemos buenas sensaciones y venderemos cara nuestra piel", advertía Vidic en una entevista reciente en Fifa.com. Viniendo del muro serbio, eso es mucho más que retórica.

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