Argentina se quedó sin milagro. Por más que Maradona rezara y rogara a Dios en busca de la remontada ante Alemania, el todopoderoso no lo escuchó. En las vísperas del encuentro, 'el Pelusa' profetizó: "Si Dios quiere nos vemos en la final... Y Dios va a querer". Pero al final, no quiso. Parece ser que el altísimo se ha quitado la camiseta albiceleste, por más que haya mandado a esa tierra a una especie de nuevo 'Messías' futbolístico. El seleccionador argentino podría decir aquello de "Señor, ¿por qué me has abandonado?".

Se pasó Maradona todo el partido más preocupado de implorar a Dios un milagro que de buscarlo en el maravilloso plantel que tiene Argenina. Sin dibujo táctico no hay posibilidad de triunfo, o al menos se desvanece casi por completo, y Alemania se lo gritó en la cara al técnico de la albiceleste. Prácticamente se lo escupió durante los 90 minutos. Y aunque la fe mueve montañas, la roca germana es muy complicada de desplazar, aunque sólo sea un milímetro.

Dice Argentina adiós al Mundial de Sudáfrica sin la suerte que le ha acompañado en otras grandes citas -recuérdese la 'mano de dios' que abrió la lata ante Inglaterra en el 86-. Ahora, parece que la diosa Fortuna se ha vestido de rojo. Tan esquiva en otras ocasiones, la ventura acompañó a España en su pase a semifinales. Al menos, el 'carambolesco' gol de Villa ante Paraguay así lo atestigua. Antaño se hubiera ido fuera, hogaño ha entrado. Los de Del Bosque lucharán por estar en la final. A los de Maradona, y a Diego en particular, sólo les queda purgar sus pecados y bajar de los altares a quien elevaron a la categoría de deidad por todo lo que hizo en el campo, y que puede convertirse en el ángel caído de los banquillos.