Los resultados de otras selecciones como Alemania e Inglaterra ha levantado la moral de la tropa española. Es el consuelo del pobre, pero sirve para mitigar el dolor inicial. Se demuestra una vez más que un Mundial es diferente en el que no hay enemigo pequeño. Los grandes análisis previos suelen terminar por los suelos porque los equipos están muy preparados y las distancias entre pequeños y grandes se han acortado considerablemente.

A España le toca esperar la primera reválida cuando Del Bosque aún no ha podido quitarse el partido de Suiza de encima. Es un tormento. Su mente rebobina las imágenes una y otra vez desembocando en la misma reflexión. «¡Por lo menos el empate. Por lo menos el empate!», no para de repetir el seleccionador. Reconoce a ABC que la selección no mereció tanto castigo ni verse expuesta al primer pelotón de fusilamiento, sobre todo de la crítica extranjera, cuando ha respetado los principios básicos del proyecto.

Las últimas horas han sido muy complicadas en Pot. No hay demasiadas buenas noticias. Sólo incertidumbre y mucha especulación. Al clima nuboso se han unido los percances físicos. Sergio Ramos sigue con molestias en el costado. Pese a que está descartada la rotura en la zona costal derecha, el jugador no puede respirar muy bien. Jugará ante Honduras, pero precisará de algún tipo de calmante para engañar al dolor durante los noventa minutos.

Ayer se entrenó por la tarde. Y se espera que mejore de aquí hasta el encuentro. También cuentan las ganas del jugador. Diez sobre diez. Es uno de los más afectados por el resbalón inicial y quiere revancha. No se va a esconder y salvo que Del Bosque le encadena a la pata de la cama estará en el Ellis Park.

La otra duda es Iniesta. Un juicio más que razonable. El calamabre o la fatiga muscular ante Suiza le deja en una situación incómoda. No estará en condiciones óptimas y hay otros jugadores llamando a la puerta del once. Por este motivo, Vicente tiene que mover ficha.

Desde el descalabro suizo se ha dicho y escrito mucho sobre qué debe hacer el seleccionador para el encuentro ante Honduras. Desde el recambio de varias piezas hasta la modificación del sistema. ABC charló ayer con el seleccionador nacional y de sus amnifestaciones se desprende que no ha pensado en movimientos drásticos. Ni bandazos ni traiciones ni recomendaciones ni ensayos ni locuras. Sentido común. Señaló que está a la espera de comprobar la evolución de los lesionados, pero que piensa en un pequeño retoque.

Manifestó que no puede reprochar nada a sus jugadores en la labor colectiva. Manejaron el balón, interpretaron el guión según lo esperado, ejecutaron las acciones de laboratorio con remate contra la portería rival...

Con los conceptos interpretados de manera aceptable, el seleccionador no pretende mandar un recado al vestuario que suene a castigo o reprimenda. Al revés, ahora sólo admite que es buena la fórmula empleada hasta llegar al Mundial y que no hay motivos para cambiarla. Sería renunciar a una propuesta con sello de identidad propio.

Asimismo entiende que el guión no es cerrado. Hay versatilidad en la matriz. Y en esta ocasión recurre al banquillo. Pero no busca al jugador número doce. Tampoco un revulsivo. Tira de galones. De lo conocido. De la figura de un hombre habitual en el once de la selección. Es Fernando Torres. Un fijo. Una referencia en ataque. Uno de los artífices de los grandes éxitos del equipo.

Si El Niño no está en el equipo titular es por la lesión que sufrió con el Liverpool y que le ha tenido muy ocupado en poner a tono la rodilla restañada. Según Del Bosque, «Torres ya está bien. Y es una una alternativa para jugar ante Honduras». Es un hombre de grandes eventos, como se demostró en la Eurocopa, con gol incluido en la final.

Jugar con dos puntas. Un buen mensaje. Una propuesta ofensiva se agradece por todos (futbolístas y crítica) en tiempos de zozobra. Más ahora que España precisa un jugoso botín en caso de dobles o triples empates finales en la clasificación.

Es el cambio esperado por todos, pero puede que haya otro movimiento. Torres entraría por uno de los hombres de banda, bien Silva o Iniesta y Villa se desplazaría al costado izquierdo. Tampoco está descartado que Jesús Navas esté en las quinielas del cuerpo técnico. No es descartable que los dos jugadores de las bandas ante Suiza vayan al banquillo y que el ataque quede formado por Villa, Torres y el propio Navas. Precisamente en el último entrenamiento del equipo, ayer a puerta cerrada, Del Bosque probó estos tres jugadores en ataque. Una opción que el seleccionador no descarta presentar ante Honduras, aunque aún no lo tiene decidido.