Con la clasificación ya amarrada, la selección holandesa se dedicó, frente a Camerún, a hacer probaturas de cara a su partido de octavos. Triste final -el de comparsa- para unos "leones indomables" que acudían a Sudáfrica con la vitola de favoritos y se marchan con ceros puntos en su casillero.

Aunque en este caso no se deba tan sólo a demérito suyo.

Porque lo cierto es que esta "oranje" promete, y mucho. Aunque contra los africanos sufrieran de lo lindo. Los de Bert van Marwijk mantienen el grupo de la Eurocopa de hace dos años, aunque con mayor rigor táctico y, sobre todo, una defensa más acervada del resultadismo. De igual modo, Robin Van Persie -criticado por su bajo rendimiento en los dos primeros partidos- recuperó su olfato goleador, que ya no obliga a los tulipanes a depender de los latigazos de Van der Vaart o Wesley Sneijder.

Cumplida ya la media hora, el delantero del Arsenal tira una pared soberbia con Van der Vaart, y define con la derecha ante la salida del meta camerunés. Hace tan sólo tres días, ese balón se hubiera marchado al segundo anfiteatro. Para la segunda parte, van Marwijk que otorgaba minutos a Huntelaar para "reconectar" al jugador tras un comienzo más que discreto en este Mundial. Aunque fue otra estrella en declive -Eto'o- quien lograba empatar el encuentro tras un penalti cometido por mano de Van der Vaart. Mucho se esperaba del camerunés en este "su" Mundial y lo cierto es que nada ha demostrado.

Ya en el final, la guinda del partido, con la entrada del otrora lesionado Arjen Robben. El extremo del Bayern disfrutó de sus primeros quince minutos en Sudáfrica, aunque ya nadie duda de que comenzará a ser clave en el once de van Marwijk. Y para muestra, un botón. Cinco minutos después de su entrada en el campo, pase largo de Sneijder para Robben, que se va para adentro y su disparo con la zurda se estrella en el palo. El rechace lo recoge Huntelaar para marcar a puerta vacía. Así se escriben las leyendas.