-¿Qué significa su imagen arrodillada en el suelo del Ellis Park?

-Es una mezcla de muchas cosas. Un grito de alegría. Soltar tensión porque el equipo ha pasado una barrera maldita en un Mundial. Ójala tenga el mismo significado de la Eurocopa y todo sea más rodado. Vencimos a la mente, la guerra psicológica

-¿Sensaciones ante la semifinal?

-Tranquilidad. Positivismo. Ilusión. Todo lo que estamos percibiendo se viene acumulando de dos años acá, a raíz de la Eurocopa. Ahí creamos un equipo y una ilusión.

-¿Está siendo duro el Mundial?

-Ha sido duro, pero también está siendo gratificante. Empezamos de la peor manera posible, perdiendo un partido de manera inexplicable. Eso hizo que desde ese día viviésemos con una angustia y con una inquietud on la que sólo deseábamos que llegase el siguiente partido.

-¿Qué se decía dentro del equipo?

-Se comentaba la mala suerte del día de Suiza. La necesidad de jugar ya el siguiente partido y ganar. Pero nunca hubo descontrol o desbarajuste. Nadie pensó o dijo que estábamos fuera del Mundial. Todos los análisis o los mensajes fueron positivos. Con seis puntos estamos en la segunda fases y si ganamos por tantos goles seremos primeros de grupo. No se erosionó el colectivo.

-¿Qué dicen en los diez segundos de piña que forma el equipo después del calentamiento previo a cada partido?

-Analizamos el partido.

-¿Se puede resumir en diez segundos?

-Nos decimos tres cosas. Y puede hablar cualquiera. Casi siempre soy yo el primero en hablar y enseguida llega otro comentario positivo. Son dos o tres apuntes sólo sobre este partido. No hay otro partido.

-¿Cómo es la vida del capitán?

-Hay que ser un ejemplo para todos. Es lo principal. Si el capitán no da ejemplo, se convertiría esto en una casa de locos. Sería «viva la Trini». Hay que ser responsable para que todo el mundo sepa dónde estamos.

-Pero su «mandato» es compartido y hablan y opinan el resto de jugadores.

-Aquí puede hablar el que más partido lleva o el recién llegado. No hay barreras ni cortapisas. Ni dictaduras. Todo lo contrario. Se intenta mejorar el juego y el ambiente colectivo.

-Le acusan de haber estado callado.

-Sí. Quizás más de la cuenta. Porque a veces llegan situaciones en una fase final de un Mundial en las que tu papel es mínimo pero necesario. Lo poco agrada y lo mucho cansa. He vivido muchas fases finales y creo que hay que hablar poco, con idea y con coherencia.

-¡No habrá perdido la sonrisa !

-No la he perdido. Cada jugador tiene un modo de concentrarse. En el Mundial de Corea fui con una ilusión diferente a éste. Han pasado ocho años, soy otro jugador. Y estoy igual de contento y de alegre en la convivencia del día a día. Me implico al máximo en el trabajo, sigo manteniendo las mismas sensaciones de entusiasmo cuando llego a los campos o cuando convivo con mis compañeros.

-Siempre ha sido tratado bien. ¿Qué sintió cuando se vio en la prensa en medio de un debate con otro portero?

-Es la respuesta a la exigencia. La gente no se acuerda del pasado, de la carrera o trayectoria; siempre te piden el máximo. Y cuando estás tanto tiempo en el Madrid, o en la selección, es normal que te exijan. No es fácil combinar 11 años en el Madrid y 10 aquí.

-¿Le molesta que se haya dudado de su capacidad?

-No. Me han molestado los aprovechados. De siempre. Porque no me gustan los ventajistas. Ahora podría tirar de la manta y preguntar dónde están. No lo voy a hacer. No es mi estilo. Hay que ser objetivo y no voy a entrar en una guerra que ni me da ni me quita. Es más, quita más que da.

-Se debatió que se quitase la barba.

-Se han dicho tantas cosas. Opté por quitármela un día. Es anecdótico, de ámbito personal, que no tiene nada que ver con el rendimiento.

-¿Se ha sentido arropado dentro?

-Sí. Totalmente. Más cada día. Mi relación, independientemente de la competencia, ha sido siempre muy buena. Con Pepe he tratado más porque llevamos mucho tiempo juntos y aparte de compañerismo hay amistad. Víctor es una persona que ha venido hasta aquí para ayudarnos a todos. A Pepe y a mí. Y a él. Competir por un puesto es sano.

-¿Qué le parece que se hurgue en la vida privada para atacar al grupo?

-Eso es de aprovechados. Es inevitable que a unos les caiga bien y a otros mal, pero mi convicción ha sido siempre atender a todo el mundo. Sin distinciones. Hablar de la vida privada me parece patético. Si alguien lo hace es porque es triste y su vida está vacía. He estado expuesto desde hace tiempo y no voy a prohibir a nadie que lo haga. Es libre de hacerlo. De hecho, los que hablan de mi vida privada es porque no son amigos.

-¿Ha podido mantener la calma?

-He estado muy tranquilo. También he tenido mis momentos. Callado, trabajando y muy ilusionado con lo que estamos haciendo aquí. Pero soy una persona, soy sensible a las cosas que me rodean.

-¿Necesitaba una acción como la de parar el penalti ante Paraguay?

-Sinceramente, me he encontrado muy cómodo en todos los partidos. Siempre analizo mis partidos e intento quedarme tranquilo. Y ha sido así en este Mundial. El día de Paraguay es una acción puntual, es penalti. Hay otras cosas a valorar, la colocación, el saque, la concentración.

-¿Qué papel tiene Ochotorena en su rendimiento?

-Es un fenómeno. Entiende de porteros. Y sabe lo que pensamos en cada momento. Es el «come come» de nuestras mentes. Llevo trabajando con él desde 2003. Te entiende, sabe las caras que pongo cuando no estoy a gusto, que no estoy bien.

-¿Es una señal positiva lo que sucedió ante Paraguay, al igual que con Italia en la Eurocopa?

-Una señal y un aviso. Mucha gente dice que ahora no enamora el juego de la selección como antes. Los equipos juegan a que España no juegue. Saben cómo manejamos la pelota y la consigna es que si no corren todos, les bailamos. Paraguay, Chile o Suiza salieron así.

-Ahora Alemania.

-Será un partido muy diferente. Espero no equivocarme. Deja jugar, no se echa atrás y tampoco se cierra. Será un partido bonito.

-¿Ayuda el viejo recuerdo del Prater en la Eurocopa?

-Sí, pero no se puede vivir del pasado. Allí fuimos mejores y aquí todo es diferente. Alemania viene de ganar a Inglaterra y a Argentina con goleadas. Para nosotros, respeto. Es una selección renovada, joven y que viene con fuerza. Puede ser la selección que marque la tendencia en la próxima década.

-¿El campeón del mundo saldrá de este cruce?

-No se puede decir eso.

-Alemania ha perdido a Muller.

-A veces los equipos viven de las rachas de los jugadores. Mira Villa, cinco goles. Muller lleva cuatro goles y que no esté puede ser un hándicap.

-Ha parado dos penaltis en los Mundiales.

-No me querría ver en otra situación similar.