Mundial Sudáfrica 2010

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Carlos Marchena López

Carlos Marchena López

Edad:
30
Fecha de nacimiento:
31/07/1979
Estatura y peso:
1.83m 78 kg
Demarcación:
Defensa
Club:
Valencia
Número internacionalidades:
62
Velocidad 6/10
Regate 6/10
Remate 7/10
Visión de juego 7/10
Estadísticas en el mundial
Partidos jugados:
3
Partidos titular:
0
Partidos suplente:
3
Minutos:
12
Goles:
0
Goles penalti:
0
Asistencias:
0
Tarjetas amarillas:
0
Tarjetas rojas:
0
posición de Carlos Marchena López

el análisis

El profesional

Tan agresivo en el campo como correcto fuera de él. Dos conceptos que en ocasiones cuesta de conjugar en este deporte. A Carlos Marchena López (Las cabezas de San Juan, 31-7-1979) se le podrán discutir muchas cosas cuando se trata de enjuiciar el fútbol que lleva en sus botas o la manera que tiene en ocasiones de ajustar su criterio de la contundencia, pero lo que nadie podrá poner en tela de juicio es su particular manera de entender la profesión que ejerce.

Marchena es un fijo en la defensa española durante los últimos años. / Archivo Marchena es un fijo en la defensa española durante los últimos años. / Archivo
por Antonio Badillo

Ciertamente, si hubiera que definir cómo es en realidad Marchena, habría que encajarlo en el grupo de los 'profesionales'. Un buen profesional, sin duda. Porque este central, readaptado cuando así lo requiere el guión a la posición de pivote, tiene una manera de interpretar el fútbol que nunca supondría la menor duda para cualquier entrenador. Igual de fiable dentro y fuera del terreno de juego como en el interior del vestuario.

El vestuario del Valencia, como ocurre en cualquier equipo de los considerados grandes, no es fácil de manejar. Y si no, que se lo pregunten al jugador sevillano, que ejerce con rectitud la labor que asumió el día que le cayó el brazalete de capitán, hace ya dos temporadas. Tras Albelda, y después de compartir responsabilidad con Baraja, sus propios compañeros escogieron a Marchena como representante. Y lo hicieron por muchos motivos: por su coherencia, por su cultura (amante de la pintura y diplomado en Turismo, con dominio del inglés y algo de francés), por su trayectoria como valencianista y en la selección y por su manera de pensar. Si es poco habitual encontrar un futbolista que lea algo, aunque sea los diarios deportivos, éste es de los que saborean con avidez las páginas de libros de historia, de España sobre todo.

"Llevar brazalete te obliga a ser un ejemplo constantemente", piensa. Es esa la filosofía de un futbolista que se sirve de su corpulencia para imponer respeto sobre el césped, aunque en muchas ocasiones conlleva al enfado general de la grada adversaria. Es curioso porque ese ingrediente lo combina con cierta solvencia cuando tiene que manejar el esférico. De ahí que todos sus entrenadores, incluidos los seleccionadores, piensen en él como variante para el centro del campo.

Inversión rentable

Atraviesa el sevillano posiblemente el momento de más madurez profesional de toda su carrera. Al Mundial llegará presumiendo de esas nueve temporadas cargadas de constancia en el Valencia, donde apareció tras un curioso y atípico trueque con Zahovic. El esloveno marchó al Benfica y del equipo portugués aterrizó Marchena, donde había ido a probar fortuna tras salir del Sevilla después de desembolsar la directiva del Benfica casi mil millones de las antiguas pesetas. La inversión del Valencia en verano de 2001 no le pudo salir más rentable porque hasta hoy -al futbolista aún le queda un año más de contrato- el jugo que se ha sacado de él ha sido impresionante, títulos incluido. Por eso ofrece una plena garantía a nivel de selección y Del Bosque lo sabe.

Cauto, precavido y hasta esquivo con los medios de comunicación, Marchena es reservado cuando termina su labor de capitán. Ahí se refugia en Rosa (su mujer) y protege a su pequeña María (dos años). De puertas para adentro, es un integrador nato y no sorprende en absoluto que en más de una ocasión haya ido a charlar con chavales conflictivos de un centro de menores cercano a la capital valenciana. De esa faceta pueden dar cuenta todos los jugadores que llegan por primera vez a la Ciudad Deportiva de Paterna. Es su labor servir de introductor, de consejero, de compañero en definitiva. Quizás hasta contribuye en buena medida las reflexiones que ha podido extraer de personajes como Sabino Fernández Campo, el que fuera jefe de la Casa Real española. De hecho, considera sobre el ya desaparecido Sabino, que era "una persona ejemplar".

A Marchena se le puede ver siempre, en clave valencianista, sirviendo de contrapunto al dicharachero Joaquín. Son íntimos. Comparten muchas cosas, menos el sentido del humor. Ver sonreír a Marchena es casi una cuestión de fe. Verlo jugar, una cuestión de seguridad.

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