Tal vez sea cierto ese refrán que dice que "de casta le viene al galgo". La historia está llena de grandes talentos que han seguido con éxito el paso de sus progenitores. Pero también hay otros muchos para los que la sombra paterna ha sido demasiado larga. La familia Reina sin embargo ha cumplido a la perfección aquello de "de tal palo tal astilla". Está claro que aquí hay buena madera, la de un árbol genealógico que ha dado dos grandísimos porteros: Miguel y Pepe.

Nacido en Madrid el 31 de agosto de 1982, José Manuel Reina Páez es un guardameta sobrio, seguro, de garantías. Un especialista en parar penaltis. Su relación con el fútbol comenzó en la capital de España. Allí dio sus primeros pasos poco antes de trasladarse a la Masía para formarse en las categorías inferiores del Barça, club en el que militó su padre durante la mayor parte su vida deportiva. Tras pasar por Infantiles, Cadetes y Juveniles, en 1999 Pepe Reina llega al filial de la entidad azulgrana. Van Gaal se fija en él y el madrileño pasa la pretemporada con el primer equipo. Su debut se produjo el 2 de diciembre de 2000, de la mano de Serra Ferrer. Tenía tan sólo 18 años y fue en un partido ante el Celta, en el que sustituyó al francés Richard Dutruel.

La relación de Reina con el F. C. Barcelona no se consolidó nunca. El meta dio muestras de sus grandes cualidades, pero no confiaron en él. Empeñado durante tanto tiempo en buscar fuera un cancerbero sin prestar atención a lo que tenía en casa, el conjunto catalán dejó marchar a uno de los mejores porteros que ha dado la cantera azulgrana en los últimos tiempos. Un diamante en bruto que el club no quiso o no supo pulir.

El éxito le empezó a llegar a Pepe Reina en el Villarreal. Fichó por el club castellonense en 2002. Pronto se ganó la titularidad y el cariño de la afición. Con el equipo amarillo demostró su habilidad desde los once metros. Logró parar siete de nueve lanzamientos desde el punto de penalti durante la temporada 2004-05. Por eso no tardó Rafa Benítez en fijarse en el madrileño e incorporarlo a su proyecto de 'españolización' del Liverpool. Su llegada al club de Anfield en 2005 relegó a la suplencia al checo Dudek, que había sido uno de los héroes de la Copa de Europa conquistada por los ingleses el año anterior.

Ya establecido en la ciudad de 'The Beatles', Reina se consolidó como un portero de primer nivel. Por eso no tardó en convertirse en un fijo en las convocatorias de la selección española. Su debut con la 'Roja' se produjo un poco antes, el 17 agosto de 2005. Luis Aragonés lo llamó para disputar un amistoso contra Uruguay. Desde entonces el madrileño ha acudido a citas tan importantes como el Mundial de Alemania o la Eurocopa de Austria y Suiza. En esta última competición sólo disputó un partido, ante Grecia. Sin embargo ha demostrado saber aprovechar las pocas oportunidades que le llegan. Además, en la celebración de la Eurocopa de 2008 reveló una faceta hasta ahora desconocida, la de 'showman'. Sin duda, un hombre importante en el vestuario español.

Seguro, ágil y con muchos reflejos, el meta del Liverpool es uno de los mejores porteros del continente. Sin embargo, se tiene que conformar con ser suplente de Casillas en la selección española. Así como su padre vivió siempre a la sombra de Iribar. Pepe Reina se ve eclipsado por la de Iker. Sabedor de que el de Mostoles es el titular indiscutible de la 'Roja', el hijo de Miguel Reina llega a Sudáfrica dispuesto a esperar una oportunidad. Y si llega, a buen seguro que el madrileño sabrá  aprovecharla.